Volver un día es una novela que transcurre esencialmente en el contexto de las movilizaciones sociales del Macizo Colombiano de 1991 y 1999. El hilo narrativo se teje a partir de una mujer que insiste en el recuerdo de un hombre cuya voz se diluye de a poco, del hijo de ambos que parece habitar muchos tiempos deleznables y de una familia campesina que habita un territorio donde las ausencias, las violencias y los olvidos son el pan de cada día. La ópera prima de Héctor Fernando Cortez es un fresco del paisaje social, político y cultural del Sur del Cauca, pero al tiempo es el trasunto de lo que es la vida en las zonas rurales de este país. * * * “Soy el hombre que se entrega todos los días al jornal. La señora de pies descalzos que va a la deriva cada lunes al mercado sin saber con qué regresará en la estopa. Soy las manos que aprietan la azada y también las que matan a la orilla del camino. Soy la sonrisa mueca del loco en la plaza y el llanto compungido de quien muere sin quererlo. El jugo de naranja que se chorrea por las manos del niño en la escuela cuando la muerde. Vengo de un tiempo ajeno a mi memoria y a mis pasos, pero que no deja de ser mío. Solo sé que partí un día que parece ser ayer y del que ya no recuerdo nada. Que voy partiendo a toda hora sin descanso, perdido y abandonado”.